Cuando enfermamos de gripe, tenemos el médico; cuando tenemos los dientes mal, los dentistas; si en cambio, tenemos mal la vista, tenemos el oculista; o, por ejemplo, hay mil y un productos para el pelo y mil y dos para la piel; pero, en cambio, cuando nos duele el corazón ¿A dónde vamos? ¿Amigos, familia, soledad? Ninguno vale, creedme
Los amigos te cuidan y te hacen reír, y mientras estás con ellos, no piensas en él, cierto. Te ayudan, están ahí cuando los necesitas.
La familia te protege, solo quiere lo mejor para ti, aun que a veces creamos que no, eso es lo único que les preocupa, tu bienestar.
Y la soledad, amigos, la soledad es la peor enemiga que te puedes gastar en este miserable mundo. Porque, todo, absolutamente todo lo que te digan tus amigos o familiares o conocidos se va a la mierda cuando estás sola y piensas, y como no, solo piensas en él.
Todas esas risas y todas esas promesas echas del estilo: Ya no lo quiero, ahora soy una persona nueva y no lo necesito.
Se van a piques en cuanto te quedas sola. Por ejemplo, en la cama, a oscuras, horas y horas sin dormir por darle vueltas al qué pudo pasar. Dándole vueltas al por qué ahora se comporta de esa manera, qué pretendía con esto y qué era lo que buscaba en mí, si total luego me iba a tirar como una colilla, qué puede haber que le disgustó…
Miles de preguntas sin respuesta, y seguramente nunca las tendrá por temor a formularlas, porque no queremos que se nos note débiles o tristes; que jamás se sepa que lloramos a diario por él.
Pero da igual lo que la gente piense, sepa o hable, lo que realmente importa es: ¿Cuándo levantaré cabeza?
¡Cuánta razón!
ResponderEliminar