miércoles, 1 de septiembre de 2010

Adicción

Desnudar tu cuerpo a la tenue luz de una vela color morado. Marcar un beso en tu cuello con rojo pasión. Y ver tu alma con mis ojos color avellana.
El mejor de los placeres, sin duda alguna, deslizarme entre tu cuerpo, buscando el éxtasis prohibido. Y que comience el juego de dos. De nosotros dos. Placer, sexo y sudor. Junto todo en una habitación. Juego de niños en la oscuridad. Placer sin igual. Amor desenfrenado entre jóvenes romances que serán efímeros, pero que llegan al alma. Acabar la pasión desenfrenada entre sábanas revueltas y suspiros.
Y abrázame, abrázame tan fuerte que nunca me pueda ir, que lo único que quiero es estar contigo.
Pero después de la noche, llega la mañana. Te veo a mi lado y me tranquilizo. Miro tu boca, soy adicta a ella. A su roce, a su lengua y a su fuego. Soy adicta a su pequeño juego.
Te veo dormir suavemente, y te doy un beso en la mejilla para despertarte, eso es riqueza, lo demás son tonterías.